jueves, 15 de mayo de 2014

                                                   CASTILLEJO DE JÚBAR



    La descripción del Castillejo de Júbar es de Gari Amtmann, sacado de la resvista “Abuxarra”, número 27.




“ Al Sureste de Júbar, en lo alto de una elevación rocosa, a unos 1000 metros más o menos, en sentido Norte-Sur se sitúa en una loma entre las cuencas del Rio Mairena en el Oeste y del Rio Laroles en el Este. Desde ella pueden verse Laroles y Picena.”
“ En Laroles, se halla todavía en la memoria de “una torre vigía situada en este lugar, que se comunicaba por señales con otras torres en los alrededores”. Se cuenta que “esta torre, igual que los antiguos pueblos de Dondurón y Soplón, fue destruida por un terremoto muy fuerte que sepulto Soplón, ambos en la ladera occidental del Rio Laroles, el primero mas alto que el Castillejo enfrente de Laroles y el segundo mas abajo enfrente del cementerio de Picena.”
“ El castillo se emplazaba sobre la parte superior de uno de los cuatro cerros testigos, todos sobrepasando los mil metros de altura, formando un paraje conocido como las Zorreras. Se trata de rocas calizas grises con formaciones cársticas, dando lugar a fosas y cavidades relacionadas con el topónimo. La vegetación que cubre el cerro es de monte bajo con retamas, romero, chaparros y lentiscos.”
“ El cerro es de forma eliptica alargada en dirección Norte-Sur. La única entrada al recinto detectada se sitúa en la punta Norte, apreciable a través de una senda que sube en diagonal por la ladera oriental del cerro, bordea un peñón que constituye la punta Norte de la fortificación y se adentra en el castillo.”
“ Los restos de la fortificación, muy deteriorados, consisten en un resto de muralla de mampostería con argamasa rodeando la plataforma irregular superior del cerro en una linea de nivel de unos 1065 metros. Su forma eliptica apuntada hacía el Norte y achatada en el Sur donde la muralla termina en un espolón rocoso, que parece sustituirla en ese flanco. Las dimensiones del recinto son de 58 metros de largo y 36 metros de ancho. No aparecen vestigios evidentes de torres. En el lienzo oriental hay indicios de hipotéticos restos pero demasiado vagos. Tampoco hay restos de un aljibe.”


 “ La factura de la muralla oriental es casi irreconocible por derrumbe, consistiendo en escombros de mampuestos, fragmentos de cerámica, capas de launa y tejas de piedra esquistosa. Mejor conservado esta el lienzo occidental. Se aprecia en la casi totalidad del perímetro a través de varias hileras de mampuestos del lugar, trabados con argamasa, quedando una altura de 1,5 metros en el Sur. Aquí tiene aspecto robusto con un grosor que parece pasar de 1,2 metros. Los fragmentos de cerámica en cambio son más raros en el lado occidental y no hay restos de de tierra de launa.”
“ En el interior del recinto no hay vestigio de edificios. Asombra lo escarpado del terreno, con fosas cársticas surcando lo largo de la cima del cerro.”
“ La concentración de la cerámica, launa y tejas de esquisto entre los escombros del muro en la parte Sur parece indicar viviendas con techo de launa adosado a la muralla.”


EL DESPOBLADO


“ Los únicos restos claros de edificios se encuentran extramuros, en la ladera oriental de la elevación, entre el castillo y el camino. Líneas de mampuestos perpendiculares a ras de suelo y pequeñas lomas de tierra en medio de escombros y abundantes fragmentos de cerámica son vestigios de una reducida trama urbana. Los restos mas reconocibles corresponden a la parte de una casa, lindando con una calle empedrada de 1,5 metros de ancho, bajando de la ladera en 30º- NE. Hay un muro perpendicular a la calle de 4 metros de largo y tres paralelos de entre 2 y 3,3 metros de largo. El grosor no se aprecia bien, posiblemente entre 30 ó 40 cm. También aparecen restos de edificios colindantes.”

  LA CERÁMICA


    “ Los fragmentos de cerámica hallados a lo largo de la muralla del castillo y los escasos restos aparecidos en el interior abarcan un periodo más amplio que los procedentes del despoblado.
En el recinto hay pocos fragmentos de cerámica común tardorromana y varias fases de cerámica islámica con predominio de época émiral (siglo VIII y IX) pero prolongandose de manera rudimentaria hasta época nazarí.”
“ El despoblado en cambio presenta restos de una vajilla domestica casi completa de finales del siglo IX, solo un fragmento anterior y tres amorfos posteriores. Destacan las ollas de borde exvasado, los bordes gruesos de anafres de pared casi vertical y un borde de tapadera engrosado con relieve de digitaciones, piezas parecidas o idénticas a otras del conjunto aparecido en los dos despoblados del Hizn Ballur o Castillejo de Válor.”

“ A unos 50 metros al Sur del castillo aparecen unos pocos fragmentos del siglo VIII.”


 LOS CAMINOS




“ Al Este del conjunto del castillo y despoblado y lindando con el último transcurre el Camino Real de Cherin a Júbar y Mairena, ramal del Camino Real de Almería a Granada. Este camino sube desde Cherin por la loma que separa el Rio de Laroles de la Rambla de Mairena, pasando al Oeste del Castillo de Sant Aflay y por el Peñón de Almansa. En época de los arrieros fue acceso de la costa a los dos puertos de montaña de la alta Alpujarra central, al Puerto de la Ragua a través de las Bocas del Aire en la Sierra de Laroles y al Puerto del Lobo por Júbar y la Sierra de Mairena.”
“ Al Norte del Castillejo de Júbar este camino se cruza con el que viene de Laroles por Don durón a Mairena y Válor, principal eje viario en dirección Este- Oeste quizás desde época romana y correspondiendo hoy este tramo al sendero de largo recorrido GR-7.”
“ Junto al Camino Real, lindando con el despoblado baja un ramal de la Acequia Real del Rio Laroles.”
EL CASTILLEJO DE JÚBAR Y SU ENTORNO


“ La presencia romana y tardorromana en la zona, ya indicada por los abundantes pueblos y despoblados con nombres de origen latín, se ha configurado con pocas prospecciones puntuales en Carchelina, Dondurón y Soplón, asentamientos agrícolas y mineros (yeso, cal y launa en alturas de 800 m.), situados en un radio de distancias inferiores a 3 klilometro del Castillejo”.
“ En el el siglo VIII, el primer siglo de Al- Andalus, aparece el asentamiento defensivo de el Castillejo de Júbar posiblemente ya como recinto amurallado”.
“ La planta de la fortificación es de lo más simple, sencillo y lógico que hemos visto y tan arcaica como la cerámica que se produce en esta época, todo lo cual parece reflejar una comunidad reducida y autosuficiente, retrocedida en sus técnicas productivas por el alejamiento de los circuitos comerciales de la Antigüedad tardía. Este intercambio parece haberse perdido con la conquista. islámica y no establecerse definitivamente en la Alta Alpujarra central hasta el siglo X.”
“ Por el momento no es obvio si la aparición del asentamiento se relaciona con alguno de los acontecimientos conocidos que afectan a la zona en esta época, ya sea la conquista islámica a principios o la sublevación de los Banu Udra contra el emir Hisam I a finales de siglo”.
“ La cerámica de esta época procedente del yacimiento tiene paralelas en otras piezas aparecidas en asentamientos de la zona de Válor, Turrillas, Era Venegas y Erillas.”
“ A finales del siglo IX se produce la máxima ocupación del asentamiento con la construcción de un barrio de casas en la ladera oriental del cerro del Castillejo.”
“ La similitud de la vajilla correspondiente aquí aparecida con la de los dos despoblados del Castillejo de Válor refleja una evolución paralela en ambos casos. La gente se asienta al amparo de los castillos a causa de la inseguridad producida por la guerra civil entre la coalición de tribus muladíes , árabes, beréberes y mozárabes, lideradas por Omar Ibn Hafsun y el poder central de los Omeyas de Córdoba. La incidencia de esta contienda en la Alpujarra está bien documentada por las descripciones de Ibn Hayyan e Ibn Idarí de las campañas de Abd ar- Rahman III, que tomó todas las fortalezas entre Fiñana y Jubiles por asalto, asedio o rendición en el año 913. La última campaña en el territorio de la cora de Elvira se produce en el 923.”
“ En consecuencia de la reducción de los sublevados y de la integración del territorio de La Alpujarra en la organización administrativa del estado califal, estos poblados se abandonan, ya sea por fuerza, trato o voluntad. Esto queda reflejado en la falta de elementos de la vajilla califal en ellos, como los platos vidriados en melado-manganeso. La seguridad reinstaurada permitió la recuperación o nueva fundación de algunos de los asentamientos agrícolas cercanos económicamente mas visibles que después aparecen documentados en época nazarí”.
“ A partir del siglo X el Castillo de Sant Aflay, localizado hace pocos años a 2,5 Km al Sur del Castillejo de Júbar es claramente la principal fortificación de la zona constituyendo su centro administrativo hasta el siglo XIV. En el siglo XI la zona se sitúa en la frontera entre los principados taifa de Granada y Almeria. Cuenta el rey zirí Abd- Allah de Granada que él mismo conquista el Castillo de Sant Aflay de Al-Mutasin de Almería, zanjándolo luego por el Castillo de Siles que el almeriense le había quitado”.
“ En lo referente a la evolución del recinto amurallado del Castillejo de Júbar a partir del siglo X hay una serie de fragmentos a torno cuya factura es claramente posterior, pero todos con una excepción son amorfos.”
“ Únicamente una base plana con borde redondo de una pequeña vasija con engobe gris y sin vidriar es clara cronología nazarí, pieza que junto con tres fragmentos vidriados en melado oscuro y verdoso indica una ocupación reducida y tardía.”
“ Suponemos la existencia de una atalaya o rabita en esta época, insertándose en una red de puestos de control territorial relacionada con los accesos a los puertos de montaña. La altura y amplia visión sobre la zona de la Alta Alpujarra central desde el cerro del Castillejo le proporcionan la función de transmisión de señales de una zona a otra”.
“ Otros elementos de esta red localizados en la zona son los castillos de Iniza y Sant Aflay, la rabita con aljibe en el Cerro Blanco, la rabita o atalaya del Cerro de Carmelina, los castillos de Válor y de la Piedra de la Carcel y las rabitas asociadas del Cerro de la Teja y de la Era de Matias. La configuración de este sistema de control territorial se debe probablemente al proceso de implantación del poder de los sultanes nazaríes de Granada en La Alpujarra en el siglo XIII.”






Puede que no tenga nada que ver, pero ya que todos los barrios tenían su torre vigía, la de Mairena quizá estuviera a la entrada del pueblo pues hay una calle, bastante empinada, que se llama calle Castillo. Puede que la torre desapareciera quedando el nombre.

Me gustaría también decir que deberían estudiarse y ponerse en valor nuestros restos arqueológicos ya que nos ayudaran a conocer y a comprender mejor nuestra historia. Y por lo tanto conservarlos, por que el tiempo, la erosión y la dejadez acabara por sepultarlos del todo.

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