lunes, 25 de abril de 2016

     SAN MARCOS






¡Que llueva ! San Marcos, rey de los charcos,
para mi triguito, que ya esta bonito
para mi cebada, que ya esta granada
para mi melón, que ya tiene flor.



Muchos pueblos de la Alpujarra celebran en este mes a San Marcos ya que la Alpujarra es una comunidad agrícola y ganadera.
San Marcos, el autor de un evangelio que no fue discípulo de Jesús, sería obispo de Alejandria en tiempos de Nerón . Fue echado a la arena del circo para que se lo comieran las fieras y, según la leyenda, estas se postraron ante él. Es el patrón de los animales de pasto, los pastores y de las cosechas.
Según Caro Baroja, el culto a San Marcos es muy antiguo, las letanías mayores de su fiesta, son la continuación cristiana o adaptación al cristianismo de las “Robigalias” romanas, fiestas dedicadas al dios Robigus, destinadas a proteger los cereales de la “herrumbre” o roya parda del trigo. Fiestas que también coincidían con el primer día del estío y el último del invierno, de acuerdo con la antigua división del año en dos fases.
No esta claro cuando empezó a celebrase esta fiesta en Mairena, probablemente viniera con los repobladores después de la guerra de la Alpujarra, en el siglo XVIII. La actual imagen del santo es reciente ya que la antigua fue quemada en la guerra civil, y decapitada, su cabeza la fueron rodando por la calle metiendola en todos los charcos que había hecho la lluvia.


Aquí se celebra el sábado más próximo al 25 de abril. Por la tarde, después de la misa, la imagen es sacada en procesión y llevada a hombros, por mujeres, desde la iglesia a la “Piedra de las Lluvias” o de San Marcos. Es curioso que sea portado por mujeres, ya que le da mayor simbologia a la fecundidad y regeneración de la vida que esta fiesta representa. Antes, esta Piedra de San Marcos estaba en el antiguo camino de Jubar, pero en la guerra civil la quitaron y la tiraron rodando y quedo donde esta actualmente, en la carretera a Laroles, enfrente del cortijo “La Ventilla”. La piedra no creo que fuera hecha para colocar encima las andas del santo, por su forma y el redondel del centro, creo que fue hecha para colocar otra cosa directamente encima y que luego se aprovecho para este menester. Desde allí San Marcos bendice los campos ya que era el protector en época de siembra porque espantaba al diablo responsable de las malas cosechas y las plagas de langosta.




Antes, la procesión era acompañada por las caballerias y ganados y al volver se daban los famosos Roscos de San Marcos, hechos sin levadura ni sal, repartidos según el número de animales que tenía cada familia . Eran colocados en los cuernos, las orejas o las correas de los animales y guardados para la ocasión en la que algún animal enfermaba se le daba a comer como remedio. En otros pueblos se sacaba a la ventana en días de tormenta para aplacar la tempestad. Ahora, los roscos, se dan según la limosna que da cada persona.
Actualmente resulta todo más sencillo, pero antaño, los mayordomos empezaban a preparar esta fiesta con bastante antelación. Tenían que empezar pidiendo por las eras, en verano, el trigo para hacer los roscos y luego empezar a amasarlos una semana antes de la fiesta y guardarlos en canastas para que ese día no faltase ni uno, ni siquiera para el santo que lleva uno grande al frente y varios en la mano.




En Mairena, es todavía tradición, hacer un guiso para que coma todo el pueblo y visitantes: las ollas de San Marcos. Se supone que la tradición de estas ollas viene de tiempos de escasez, donde en cada barrio se hacían unas ollas de “guisao” para que comieran todos sus vecinos y celebraran todos juntos ese día. Puede ser, pero a falta de documentación, también pudiera ser por las plagas de langosta, como paso en otros pueblos de Andalucia, por ejemplo, en la villa de Albanchez, en rogativa“ayunaban todos, chicos y grandes, hasta medio día que se decía la misa sin encender fuegos ni dar de comer a los ganados...” Y acabada la procesión, en cada barrio se rompería el ayuno con este sencillo guiso. Con el tiempo solo se hacia en dos barrios: en el Barrio Alto y en el Barrio Bajo, para finalmente celebrarlo todos en un mismo sitio. Los ingredientes de este “guisao” son simples: garbanzos o habichuelas, cardos, hinojos, arroz, espinazo, tocino o aceite para las personas que no puedan comer grasas, hecho a fuego en unas veinte o veintitres ollas colocadas en sus trébedes en la Puerta de la Iglesía. Estos ingredientes, menos los cardos y los hinojos que se cogían del campo, eran recogidos puerta por puerta de todo el pueblo por los mayordomos. Hoy se contribuye sólo con dinero.


En la puerta de la iglesia se colocan mesas y la gente se reúne para comer del guisao que más le guste, el único requisito es llevar tu cuchara y tu plato.
Esta fiesta coincide con la semana cultural, donde entre otras actividades están el concurso de fachadas, concurso gastronómico, exhibición de artesanía por la asociación de mujeres, actividades deportivas, etc. Este año la asociación de mujeres le a puesto colorido al pueblo vistiendolo de croché.



La fiesta de San Marcos a generado otra fiesta, que se celebra el fin de semana siguiente: el Peacillo,” medida de cantidad alpujarreña”, que sería un trozo pequeño de algo. En este caso porque se reparten los roscos sobrantes o peacillos. Ademas se dan habas con tocino, entremeses, dulces, refrescos..., y verbena hasta la madrugada. Esta nueva fiesta es, si cabe, más concurrida que la de San Marcos, porque no coincide con ninguna otra fiesta, al contrario que San Marcos.

Estas fiestas son originales de este pueblo, donde esperamos a todo el mundo que las sepa comprender y participe de ellas con la misma simpatía y alegría.