lunes, 16 de mayo de 2016

          EL CRIMEN DEL PUERTO DEL LOBO







De entre todas las historias que me contaron cuando era pequeña, había una que me contaba mi vecina Ángeles, mujer de gran memoria e igual imaginación, que me daba mucha pena, por lo que, al momento de contarla, procuraba olvidarme de ella. Esta mujer la recordaba con frecuencia pues fue una historia que conmociono a la tranquila y sencilla comunidad alpujarreña y a esta mujer en particular por lo que más adelante contare.
Esta historia la encontré más tarde en el libro de Gerad Brenan “ Al sur de Granada” y hace poco en el libro de Lorenzo Silva “Sereno en peligro. La aventura histórica de la Guardia civil”. Entonces recordé la vieja historia y quise saber algo más de ella, estuve buceando en los periódicos de Granada de aquella época y encontré la historia de un crimen tan horrible como el que yo recordaba.
Todo empieza el día 26 de octubre de 1919 cuando una cuadrilla de gitanos, naturales de Laujar de Andarax, apodados los “Tartajas”, viejos conocidos de la policía por el robo de caballerías, en las proximidades del pueblo de Cojáyar, en un cortijo, reventaron la cerradura de la puerta con una barrena y robaron dos caballerías. Denunciado el robo a la Guardia civil, el comandante del puesto de Ugijar, ordena que salgan en su persecución a los guardias Cristóbal Ortega Rojas y a Eugenio Guzmán Gamero, pues se los había visto merodeando por el municipio de Jerez del Marquesado, en las inmediaciones del cortijo “Aravaca”. Sabiendo que eran perseguidos de cerca por la Guardia civil, pidieron paja a los asustados cortijeros. Dos se escondieron en una alameda cercana, otro en las inmediaciones del cortijo y el otro subió al piso de arriba y se escondió debajo de la cama, amenazando a los cortijeros con matarlos si hablaban. Cuando llega la Guardia civil, la esposa del cortijero buscó al gitano que se había escondido debajo de la cama, y a empujones lo saco de allí entregándolo a los guardias. También fueron detenidos los que se escondieron en la alameda y al que se escondió en una alberca.
Foto sacada de Mundo Gráfico.

Detenidos los cuatro gitanos, fueron llevados, ya de noche, a la cárcel de Alquife, seguidos de tres gitanas que se habían presentado con las caballerías robadas. Los gitanos eran: Juan Utrera Cortés “El Tartaja”, Marcos Utrera Cortés “El Greñicas”, Francisco Utrera Gómez, hijo de Juan, y José María Fernández Amaya. Las gitanas eran: Claudia Gómez Cortés, esposa de Juan Utrera y madre de Francisco con otros tres niños de siete, cinco y tres años, y en avanzado estado de embarazo; Ramona Santiago Cortés e Isabel Lozano Jiménez “La Morena”. Todos pertenecían al mismo clan familiar conocidos como “Los Tartajas”.
En la cárcel de Alquife fueron sometidos a estrecha vigilancia pues ya se habían fugado de otras cárceles y la de Alquife no era una prisión de mucha seguridad. A pesar de ser una noche de intenso frio la mujeres y los niños durmieron a la puerta de la cárcel.
El 28 por la mañana salieron de Alquife con dirección a Ugijar, maniatados por parejas y éstas unidas por una cuerda cuyos extremos llevaban los guardias. Como medida de precaución el comandante del puesto de Alquife dispuso que otros dos guardias acompañaran a Ortega y a Guzmán.
A la una de la tarde pasan por el pueblo de Lanteira, causando su entrada revuelo en el pueblo. Coronan el Puerto del Lobo, del cual baja un tortuoso camino junto a un profundo barranco que va a parar al pueblo de Nechite, distante de Mairena unos seis kilómetros. En aquel tiempo era un camino bastante transitado por la gente del campo y los guardias Cristóbal Ortega y Eugenio Guzmán sintiéndose en terreno conocido y cercano a Ugijar les dicen a sus otros dos compañeros que pueden hacer ya el camino solos, pues tenían pensado llegar a Ugijar al atardecer. Los dos guardias a pie y los gitanos maniatados seguidos de cerca por las gitanas, como aseguro un testigo que se cruzo con ellos, siguen camino y llegan al paraje conocido como “Fuente del Piojo”. Allí paran a descansar o a comer. Apenas sentados los guardias, la gitana Isabel Lozano, “La Morena”, empuñando una piedra de gran tamaño ataca por la espalda al guardia Eugenio Guzmán dándole un fuerte golpe en la cabeza. El otro guardia logra ponerse en pie y forcejear con las gitanas, pudiendo disparar su fusil una vez. Aprovechando el instante, un gitano, coge el fusil del guardia herido y con la culata golpea en la cara al guardia Cristóbal Ortega. Con los guardias en el suelo heridos, las gitanas desatan a los gitanos y terminan de rematar salvajemente a los guardias. Les roban las armas y las caballerías, menos un asno. A unos quinientos metros se encuentran con seis arrieros que iban a Válor, les amenazan con las armas de los guardias y les roban el dinero. Fueron estos seis arrieros los que encontraron a los guardias muertos y dieron aviso del asesinato.
Sobra decir que la Guardia civil de toda la provincia se puso manos a la obra en busca de los gitanos, removiendo la Alpujarra desde los cimientos hasta dar con ellos. Los guardias del puesto de Almuñecar, por una denuncia, salieron al rio de la Miel, cerca de Nerja y detuvieron a los dos hermanos Juan y Marcos, a Francisco Utrera y José Fernández, trasladándolos a la cárcel de Motril. A principios de mes detuvieron a las gitanas, que nunca iban muy lejos de los gitanos. Allí declaran que fue Isabel la que empuja al guardia y que Ramona aprovecha para golpearle con la piedra. Aunque entre ellos se contradicen.
Más tarde son llevados a Orgiva y de allí a Granada para ser juzgados. Como no había furgón para trasladarlos, fueron pasando pueblo por pueblo desde Orgiva a Granada y tuvieron que contener a la gente porque querían lincharlos. Las guardias que los escoltan se van relevando de puesto en puesto y para entrar en Granada la seguridad se dobla. Entran en esta ciudad el siete de noviembre a las cuatro de la tarde y la ciudad entera a salido a la calle para ver pasar a la comitiva.
Foto sacada de Mundo Gráfico.

Primero iba Juan Utrera, detrás su hermano y detrás de éste el hijo de Juan, Francisco, zagal de quince años; los tres con grilletes en manos y pies. Detrás, montada en una caballería por estar embarazada, Claudia Gómez, con una niña pequeña en brazos y los otros dos chaveas metidos cada uno de ellos en las bolsas del serón que llevaba la caballería. Le seguían, también a pie, José con esposas solo en las manos, y Ramona e Isabel; estas dos esposadas juntas. Rodeados de ocho guardias de caballería y cuatro de infantería. Aun así, en algunos momentos no pueden evitar que la gente logre acercarse a golpear a los presos. Al llegar a prisión las mujeres son separadas de los hombres, y trasladadas de prisión a las dos de la mañana para evitar más linchamientos. A Claudia le dejan con ella al niño más pequeño, los otros dos son llevados al hospicio. El veintitres de enero de 1920 dio a luz a su quinto hijo en prisión.
Para las viudas y los huérfanos de los dos guardias asesinados se abre una cuenta en el Banco Español de Crédito, en la que todos los pueblos de la provincia, incluida la ciudad de Granada, empresarios, particulares ricos o pobres contribuyen con lo que pueden y al final se recauda un cifra de unas 13. 234 pesetas de las de la época.
Los cuatro gitanos: Juan y Marcos Utrera, José María Cortés e Isabel Lozano son condenados a muerte por el Consejo Supremo de Guerra y Marina, conmutando, más tarde, la pena capital por la perpetua a “La Morena”. La gente de Granada pide en varias cartas, algunas de ellas al rey, que indulten a los presos, no quieren ver ese espectáculo en su ciudad. Las madres de los presos , por su parte, escriben una carta a la reina pidiendo también el indulto, pero el indulto no llegó y los tres gitanos fueron ejecutados a las seis de la mañana del quince de marzo de 1921. Isabel Lozano cadena perpetua, Francisco Utrera condenado a reclusión temporal, Claudia Gómez fue puesta en libertad, y Sebastiana Ramona Santiago a prisión temporal.


Esta es la historia oficial, pero hay otra historia que cree que Isabel Lozano fue condenada a garrote en Ugijar. Esta es la historia de mi vecina, que me contaba que su madre la vio en el patíbulo. Me decía que aquel día su abuela y su madre se habían levantado temprano y habían aparejado su burriqilla por que iban de boda, creo recordar, que al pueblo de Lucainena. Al llegar a Ugijar vieron mucho revuelo de gente y cuando preguntaron les dijeron que iban a matar a garrote vil a la gitana del crimen de Ugijar. Pero ellas no se quedaron a verlo porque la madre no quería ni verlo ella ni que lo viera su hija, siguieron su camino a Lucainena. Pero no fueron solo ellas en creer que aquella mujer era Isabel lozano, en algunos sitios he leído que murió en Ugijar ajusticiada. Debe de tratarse, seguramente, de una confusión. Pero por más que he buscado no he encontrado a nadie, por aquellas fechas, que muriera así en Ugijar.
Aunque con la pena de muerte quisieran dar un castigo ejemplar lo cierto es que se seguían cometiendo robos de caballerías un día si y otro también, no hay nada más que mirar los diarios de aquella época.
Después de aquello circularon historias cuyos protagonistas eran los gitanos, de aquella época son la mayoría de los cuentos de gitanos y la Guardia civil. Mi vecina decía que las gitanas eran más fieras que los gitanos y que en muchas ocasiones eran quienes los inducían a cometer delitos. Me contaba la historia de un labrador que estaba arando en el campo y pasó un matrimonio gitano. Ella le dijo al marido que fuera y le robara lo que tenía aquel hombre, le cogiera los mulos con los que araba y lo matara. El gitano fue varias veces donde estaba el hombre, pero como no tenía el suficiente valor, unas veces le pedía comida y otras tabaco. La última vez que volvió sin los mulos le dijo la gitana _ ¿No eres hombre? O lo haces tú o yo te mato a ti_ Y el gitano fue y lo hizo. Como se ve, aquella historia del crimen de Ugijar alimento otras muchas historias. Algunas veces los gitanos pagarían por cosas que no habrían hecho, ya lo dice el viejo dicho: “ Con la capa de los gitanos se tapan los castellanos”.


Gerard Brenan, en su libro “Al sur de Granada” cuenta como buscó alojamiento y que solo encontró en dos pueblos, Yegen y Mairena, pero ésta para su gusto “era una localidad habitada mayoritariamente por gitanos. A pesar de mi admiración por Borrow estas gentes suscitaron en mi escaso interés. Deseaba vivir entre españoles. Era también una aldea aislada, por lo menos a una hora de camino de cualquier carretera.” Para él tenía más interés la familia gitana, de Yegen, que lo divertía hasta altas horas de la madrugada al son de una vieja guitarra y una botella de aguardiente.

Pregunte a la gente mayor del pueblo si aquí hubo muchos gitanos y me dijeron que cuatro o cinco familias, no son muchas teniendo en cuenta los habitantes que tenía el pueblo. Nunca hubo problemas con ellos, se dedicaban a sus oficios de canasteros, hojalateros o vendiendo y comprando quincalla. Solo hubo un suceso grave que solo afecto a la familia en cuestión. Un niño, buscando comida en la alacena, encontró la pistola que allí guardaba el padre y jugando con ella se le disparó matándolo. El padre pago con muchos años de cárcel y la familia con muchos años de hambre.

Gitanos del Albaicín.

lunes, 25 de abril de 2016

     SAN MARCOS






¡Que llueva ! San Marcos, rey de los charcos,
para mi triguito, que ya esta bonito
para mi cebada, que ya esta granada
para mi melón, que ya tiene flor.



Muchos pueblos de la Alpujarra celebran en este mes a San Marcos ya que la Alpujarra es una comunidad agrícola y ganadera.
San Marcos, el autor de un evangelio que no fue discípulo de Jesús, sería obispo de Alejandria en tiempos de Nerón . Fue echado a la arena del circo para que se lo comieran las fieras y, según la leyenda, estas se postraron ante él. Es el patrón de los animales de pasto, los pastores y de las cosechas.
Según Caro Baroja, el culto a San Marcos es muy antiguo, las letanías mayores de su fiesta, son la continuación cristiana o adaptación al cristianismo de las “Robigalias” romanas, fiestas dedicadas al dios Robigus, destinadas a proteger los cereales de la “herrumbre” o roya parda del trigo. Fiestas que también coincidían con el primer día del estío y el último del invierno, de acuerdo con la antigua división del año en dos fases.
No esta claro cuando empezó a celebrase esta fiesta en Mairena, probablemente viniera con los repobladores después de la guerra de la Alpujarra, en el siglo XVIII. La actual imagen del santo es reciente ya que la antigua fue quemada en la guerra civil, y decapitada, su cabeza la fueron rodando por la calle metiendola en todos los charcos que había hecho la lluvia.


Aquí se celebra el sábado más próximo al 25 de abril. Por la tarde, después de la misa, la imagen es sacada en procesión y llevada a hombros, por mujeres, desde la iglesia a la “Piedra de las Lluvias” o de San Marcos. Es curioso que sea portado por mujeres, ya que le da mayor simbologia a la fecundidad y regeneración de la vida que esta fiesta representa. Antes, esta Piedra de San Marcos estaba en el antiguo camino de Jubar, pero en la guerra civil la quitaron y la tiraron rodando y quedo donde esta actualmente, en la carretera a Laroles, enfrente del cortijo “La Ventilla”. La piedra no creo que fuera hecha para colocar encima las andas del santo, por su forma y el redondel del centro, creo que fue hecha para colocar otra cosa directamente encima y que luego se aprovecho para este menester. Desde allí San Marcos bendice los campos ya que era el protector en época de siembra porque espantaba al diablo responsable de las malas cosechas y las plagas de langosta.




Antes, la procesión era acompañada por las caballerias y ganados y al volver se daban los famosos Roscos de San Marcos, hechos sin levadura ni sal, repartidos según el número de animales que tenía cada familia . Eran colocados en los cuernos, las orejas o las correas de los animales y guardados para la ocasión en la que algún animal enfermaba se le daba a comer como remedio. En otros pueblos se sacaba a la ventana en días de tormenta para aplacar la tempestad. Ahora, los roscos, se dan según la limosna que da cada persona.
Actualmente resulta todo más sencillo, pero antaño, los mayordomos empezaban a preparar esta fiesta con bastante antelación. Tenían que empezar pidiendo por las eras, en verano, el trigo para hacer los roscos y luego empezar a amasarlos una semana antes de la fiesta y guardarlos en canastas para que ese día no faltase ni uno, ni siquiera para el santo que lleva uno grande al frente y varios en la mano.




En Mairena, es todavía tradición, hacer un guiso para que coma todo el pueblo y visitantes: las ollas de San Marcos. Se supone que la tradición de estas ollas viene de tiempos de escasez, donde en cada barrio se hacían unas ollas de “guisao” para que comieran todos sus vecinos y celebraran todos juntos ese día. Puede ser, pero a falta de documentación, también pudiera ser por las plagas de langosta, como paso en otros pueblos de Andalucia, por ejemplo, en la villa de Albanchez, en rogativa“ayunaban todos, chicos y grandes, hasta medio día que se decía la misa sin encender fuegos ni dar de comer a los ganados...” Y acabada la procesión, en cada barrio se rompería el ayuno con este sencillo guiso. Con el tiempo solo se hacia en dos barrios: en el Barrio Alto y en el Barrio Bajo, para finalmente celebrarlo todos en un mismo sitio. Los ingredientes de este “guisao” son simples: garbanzos o habichuelas, cardos, hinojos, arroz, espinazo, tocino o aceite para las personas que no puedan comer grasas, hecho a fuego en unas veinte o veintitres ollas colocadas en sus trébedes en la Puerta de la Iglesía. Estos ingredientes, menos los cardos y los hinojos que se cogían del campo, eran recogidos puerta por puerta de todo el pueblo por los mayordomos. Hoy se contribuye sólo con dinero.


En la puerta de la iglesia se colocan mesas y la gente se reúne para comer del guisao que más le guste, el único requisito es llevar tu cuchara y tu plato.
Esta fiesta coincide con la semana cultural, donde entre otras actividades están el concurso de fachadas, concurso gastronómico, exhibición de artesanía por la asociación de mujeres, actividades deportivas, etc. Este año la asociación de mujeres le a puesto colorido al pueblo vistiendolo de croché.



La fiesta de San Marcos a generado otra fiesta, que se celebra el fin de semana siguiente: el Peacillo,” medida de cantidad alpujarreña”, que sería un trozo pequeño de algo. En este caso porque se reparten los roscos sobrantes o peacillos. Ademas se dan habas con tocino, entremeses, dulces, refrescos..., y verbena hasta la madrugada. Esta nueva fiesta es, si cabe, más concurrida que la de San Marcos, porque no coincide con ninguna otra fiesta, al contrario que San Marcos.

Estas fiestas son originales de este pueblo, donde esperamos a todo el mundo que las sepa comprender y participe de ellas con la misma simpatía y alegría.


sábado, 26 de marzo de 2016

     LOS “ JUAS “








Los “Juas” o Judas era una tradición que por desgracia a caído en desuso, como otras tantas tradiciones, la gente hacía muñecos con ropa vieja rellena de paja o de hierba seca. Se hacía el Domingo de Resurrección , por la mañana se colocaban los “Juas”, sentados o colgados de algún palo en los “terraos”, también solían colocar a su lado una compañera con ropas de mujer y un pañuelo en la cabeza. Allí pasaban todo el día, mientras, la gente pasaba y se burlaba o los comparaba con los del vecino, como un concurso. Al principio había tiros de escopeta que luego quedaron en la quema de cohetes. Al final del día se les prendía fuego. Esta fiesta ya había desaparecido antes que yo naciera pero me hubiera gustado ver el espectáculo de las hogueras en el terrao de cada casa.


    Esta fiesta es, probablemente, uno de los ritos más antiguos de las primeras civilizaciones agrícolas, se celebraban en el equinoccio de marzo, cuando la naturaleza resucita del letargo invernal, el Judas simboliza el mal y la muerte que desaparecen con el fuego para renacer a una nueva vida con la llegada de la primavera. El cristianismo dio significado cristiano a muchos de los ritos paganos de la antigüedad. Este podía ser el caso de esta fiesta, Judas, el discípulo traidor que simboliza todos los males cometidos por el pueblo durante todo el año, con su quema desaparecen todos los pecados y se comienza una nueva vida.



En el diccionario de autoridades de 1732, vienen dos acepciones :
“ El que falta traidoramente a un amigo, que se confió dél. Dicese por alusión al apóstol traidor que vendió a Cristo. Llaman también la figura o representación del traidor Judas, que cuelgan y queman en las calles el Sábado Santo, u otro día de Cuaresma.”



La tradición sigue viva en muchos pueblos de España y en la América Latina. Espero que algún día vuelva a celebrarse aquí.



NOTAS: Wikipedia.

jueves, 10 de marzo de 2016

  ÁNGEL GANIVET


Retrato de Ángel Ganivet por José Ruíz de Almodovar Burgos.

Este escritor, ensayista y diplomático español tuvo también parte de sus ráices en el pueblo de Mairena, su tatarabuela paterna era de aquí. Era hija de Cecilio Muelle y Francisca Álvarez, se llamaba Isabel Muelle Álvarez. En algún momento de mediados del 1700 se trasladan probablemente a Cogollos Vega donde conoció a Pedro Ganivet Torres, y fallece en Granada el 10 de junio de 1770.


Partida de bautismo de Ángel Ganivet.

 Su tataranieto, Ángel Ganivet García nació en Granada el 13 de diciembre de 1865 y fue bautizado en la basílica de las Angustias, la misma a la que pertenecía su tatarabuela. Su familia era una familia modesta de agricultores y molineros. Su padre, Francisco Ganivet Morcillo y su madre, Ángeles García Siles tuvieron otros cuatro hijos. Cuando Ángel tiene nueve años su padre fallece de cáncer y se traslada a vivir al molino de sus abuelos. A los diez sufre un accidente montando a caballo que estuvo a punto de costarle una pierna, tiene que guardar una temporada de reposo y empieza tarde sus estudios pero su talento y su inteligencia hacen que recupere pronto el tiempo perdido. Termina el bachillerato y se doctora en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada y más tarde en Derecho. Se presenta a las oposiciones del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecas y Museos, y gano una plaza en la Biblioteca del Ministerio de Fomento de Madrid, allí acude a las tertulias literarias del Ateneo y se presenta para la cátedra de Griego donde suspende y donde conoce a Unamuno. Después presenta oposiciones para el cuerpo consular y es nombrado vicecónsul y destinado a Helsingfors, en HelsinKi, allí escribe casi todos sus libros.
En 1892 conoce a Amelia Roldán Llanos con la que tiene tres hijos: Natalia, que muere al año de nacer, Ángel Tristan y su hija póstuma, Maria Luisa.
Por último es trasladado al consulado de España en Riga, Letonia. Su naturaleza pesimista agravada por otras enfermedades le sumen en una profunda depresión que lo llevara al suicidio, tirándose desde un barco a las heladas aguas del Dvina, muriendo al segundo intento, era el 29 de noviembre de 1898.

Sus restos fueron trasladados a Granada en 1925 donde fueron enterrados en un acto al que acudió toda la ciudad. El antiguo molino de donde Ganivet paso buenos momentos, fue restaurado y ahora es museo.


Casa museo del molino donde pasó su infancia Ángel Ganivet.

  Entre sus obras más destacadas están: Idearium español, Cartas finlandesas, Granada la bella, La conquista del reino Maya.




... en una de las innumerables revueltas estudiantiles que agitaron la vida escolar de mi tiempo, no recuerdo cual, en una que seria provocada, como de costumbre, por las reacciones gubernativas (…) se reveló un nuevo orador que desde lo alto de una reja nos arengó, nos entusiasmó y nos inflamó a los incipientes revolucionarios (…) En la reunión se hallaban dos señores viejos atraídos por la curiosidad, y tengo muy presente que uno dijo: “este muchacho llegará a ministro”; “¿ en qué te fundas?” _ repuso el otro _, “porque lo que yo creo que está diciendo es una sarta de disparates, porque los dice bien, y además tiene una agilidad sorprendente para encaramarse a sitios altos; repito que ministro tenemos.”






A. Ganivet